13 de abril de 2011

Motivación


Buah, la infancia, esos eran buenos tiempos. Responsabilidad cero. Cuándo eras pequeña, pasaban horas, días, semanas, y no tenias que preocuparte por absolutamente nada. Los veranos eran eternos, y la única cosa que podía crearte inquietud y hacerte parar a pensar, era cuánto quedaba para empezar el colegio y que un nuevo curso diera comienzo. Eran tiempos felices. Ahora vienen mejores, en los cuales no pienso ocupar ni un rincón de mi cabeza contando días ni estando pendiente del tiempo ¿Porqué fiarse del reloj?, si cada vez que lo miras señana una cosa distinta. Dejar que fluya es el secreto. Mis únicas preocupaciones esta vez serán pensar si estoy lo suficientemente morena, o elegir que ponerme un sábado para pegarme la fiesta de mi vida. En efecto, un año más se hace verano... sí, el sol brillará abrasador como de costumbre, en la playa se estará de puta madre como siempre, y la mejor compañia será una birra fresquita, tardes de siesta, de paseos por la orillita del faro, de piscina... supuestamente todo transcurrirá como normalmente, pero no, una cosa será diferente, este año disfrutaré como nunca. Disfrutaré al máximo como cuando era una enana y nada me preocupaba.


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